Sabemos que las mentiras suelen ser la “mejor” herramienta de algunas personas, usándolas a su favor para obtener un beneficio. Lo cierto es que a nadie le gusta que le mientan, y menos cuando es de manera continua. Por eso, Nosotras te compartimos algunas red flags que delatan a un mentiroso compulsivo o mitómano, para que de esta forma no caigas en un juego del que puede ser difícil salir.
Un mentiroso compulsivo o un mentiroso patológico es una persona que tiende a decir mentiras de manera impulsiva, sin un objetivo y sin pensar en las consecuencias.
Red flags que delatan a un mentiroso compulsivo o mitómano
En algún momento de nuestra vida, todas y todos hemos dicho una mentira. Este tipo de acción que resulta inofensiva para algunos, puede ser algo incontrolable para otros.
De acuerdo con Newport Institute, ser un mentiroso patológico no es una condición que está registrada en el DSM-5, manual que enlista los trastornos de la salud mental oficialmente reconocidos como tales, sin embargo, si está establecido como un concepto en la psicología y podría relacionarse con otras afecciones.
Los inventos de un mentiroso compulsivo suelen ser extensos y muy bien elaborados. Quien dice las mentiras no dimensiona las consecuencias que pueden traer, afectando sus vínculos y sus entornos personales.
Si sospechas que conoces a alguien así pero no estás del todo segura, estás son algunas de las señales comunes en los mentirosos compulsivos.
1. ¿Cuántas mentiras son excesivas?
De acuerdo con la plataforma WebMd, los mentirosos compulsivos suelen decir más de una mentira al día. No se trata de una pequeña mentira para salvarse de algo, sino de más mentiras diarias que no resultan “necesarias”.
Según la plataforma PsychCentral, un estudio de 2020 arrojó que un mentiroso patológico puede llegar a decir 5 mentiras o más en 24 horas, todos los días por más de 6 meses.
2. No hay ‘justificación’
Para las personas que tienen esta conducta, mentir no es un recurso para zafarse de un problema, sino más bien una compulsión.
Por ejemplo, es muy común mentir en situaciones como la llegada tarde a un evento de trabajo o cuando no quieres acudir a un compromiso el fin de semana. En el caso de los mentirosos compulsivos, se ven obligados a mentir solo porque sí. No hay una razón por la que digan mentiras, simplemente crean una anécdota falsa.
3. Dice historias demasiado largas con contradicciones
Prestar atención a los detalles puede salvarte de una persona mitómana. Las historias de los mentirosos compulsivos suelen ser altamente improbables. Y aunque este factor a veces suele ser difícil de identificar, puedes basarte en las contradicciones de la historia y en cómo se relaciona con otras historias que escuches.
En las personas que son mentirosas compulsivas es común contar historias muy difíciles de creer, con muchos detalles innecesarios o no solicitados. También suele pasar que la persona haga cambios en la historia, casi sin darse cuenta.
4. Se pone ansioso al hablar
Si al contarte una historia notas un ligero nerviosismo, es posible que se trate de una mentira más. Puedes confrontar a la personas (con calma) y preguntarle sobre la veracidad de la historia. Puede que se trate de una persona mitómana si inmediatamente se pone a la defensiva como respuesta a tu cuestionamiento.
Otros aspectos que puedes tomar en cuenta es si la persona suele tomar historias que no le pertenecen, que le sucedieron a alguien más. El mitómano puede demostrar un tipo de euforia y emoción cuando dice una mentira sin que los demás lo noten.
5. Las mentiras suelen ser algo que caracteriza a esa persona
Las mentiras patólogicas pueden persistir durante mucho tiempo, pueden iniciar en la adolescencia y seguir durante la adultez, explica WebMD. Si esta característica persiste en la persona que conoces y te miente siempre, podrías identificarlo como un mentiroso compulsivo.
Este tipo de conducta puede tratarse con terapia psicológica, por lo que puedes sugerir terapia como una forma de ayuda.
6. Continúa mintiendo aunque lo confrontes con la verdad
Un mentiroso compulsivo puede insistir con su engaño o incluso recurrir a tácticas de manipulación como el ‘gaslighting’. Es posible que, hasta cierto punto, la persona se crea sus propias mentiras como resultado de contarlas una y otra vez, incluso para sí misma.
Imagen principal: Imagen de drobotdean en Freepik
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